“Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios” (Miqueas 6:8 RV60).
Somos parte de la hermosa creación de Dios, pero con frecuencia nos volvemos tan orgullosos y tan llenos de nuestra propia importancia que nos olvidamos de que en realidad somos creación y no el Creador. Nuestro orgullo nos daña a todos puesto que cuando somos demasiado “grandes” no hay espacio en nosotros para la gloria de Dios; en cambio, cuando nos sabemos “pequeños” y somos humildes podemos ver nuestra necesidad de ser completamente dependientes de Dios y entonces Su gloria brilla y alumbra el mundo.
Ora para que la próxima vez que tu hijo o tú estén tentados a ser orgullosos recuerden Miqueas 6:8 y recuerdes que un corazón orgulloso es lo opuesto de lo que el Señor nos demanda. Ora pidiendo a Dios que, como parte de la creación que son, los llene a ambos de humildad.
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Traducción: Ana Lucía Franco León, Ministerios Jesús 24×7