¿Podría desear algo más?
Señor. Gracias por tu salvación. Gracias por que has alcanzado a mi familia. Gracias por el honor inmerecido de servirte, y servirte al lado de ellas.
¿Podría mi corazón desear algo más?
Tal vez como aquel rey diría: “Que esté yo en tu casa todos los días de mi vida”.
—David Franco